Groundswell support for rejection of GM wheat approval in South Africa
Johannesburg, South Africa, May 2023
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From across South Africa, the rest of the African continent, and the world, 85 organisations representing millions of small-scale farmers, workers, and consumers have strongly supported and endorsed a submission by the African Centre for Biodiversity (ACB) to the biosafety authorities in South Africa.
This submission requests the Executive Council: GMO Act (EC) to review and set aside its decision to allow the importation of GM wheat variety HB4 into South Africa and the rest of the continent. The importation of the wheat is slated to come from Argentina, where it is being commercially cultivated alongside conventional wheat.
The ACB notes that the EC failed to consider relevant scientific evidence concerning the adverse impacts posed by GM wheat, considering that wheat is a staple food consumed daily by millions of people. The ACB contends that the EC, in failing to properly apply its minds to the GM wheat import application, did not comply with the GMO Act’s precautionary principle, and as such its decision is procedurally flawed and should therefore be reviewed and set aside.
This GM wheat project has elicited strong condemnation from 1,400 scientists from the research community, who warn that the introduction of this crop will prolong an agribusiness model that damages the environment and biodiversity, which includes blanket spraying of known toxic chemicals, while jeopardising the health of people and impacting negatively on food security.
Mariam Mayet, executive director of the ACB comments:
We are astonished at the decision that there was no need to pursue whole food and feed studies. This suggests that there was no rigorous scientific assessment conducted in relation to the safety and efficacy of GM wheat. To make matters worse, the EC failed to call for an independent risk assessment despite there being no data at all on the safety of the GM wheat in question, particularly since no feeding studies had been undertaken anywhere in the world.
This decision followed on from Nigeria’s approval in July. Mariann Bassey Orovwuje, deputy executive director at Environmental Rights Action/Friends of the Earth Nigeria and coordinator of the Food Sovereignty Programme, Friends of the Earth Africa, remarks:
If the South African EC can show this level of laxity and refusal to follow the right protocols, over a matter of such grave importance, how do they expect their people to trust them in making other decisions that protects their food, crops and livestock! This pointed disregard of the best interests of South Africans and Africans at large, and our right to be consulted and respected, makes me wonder if we have surrendered our sovereignty to corporate interests. The decisions by our governments could even be seen as nullifying much of what we were able to achieve during the negotiations of the Convention of Biological Diversity’s Cartagena Protocol, and in the battle for the survival of the soul of our food, diets and culture. Nevertheless, we remain undaunted and call on the governments of both South Africa and Nigeria to set aside these GM wheat approvals.
This GM wheat variety is the product of a 20-year Argentinian public-private partnership between the National Commission for Science and Technology (CONICET) and Bioceres, which is chasing approvals among wheat-importing nations to guarantee markets before it expands to full-scale production. Argentina and Brazil have been the only two countries to approve the commercial cultivation of this variety, which is also strongly being contested by civil society and farmers’ organisations in those countries.
Wheat is South Africa’s most important grain crop after maize and the country is both a wheat importer and an exporter. Not only could this GM wheat contaminate South Africa’s food supply but also poses risks to countries in Africa that we export to, which include Botswana, Zimbabwe, Lesotho, Zambia, and Namibia, never mind the consumer’s right to choose? Will products containing GM wheat be labelled as such?
Considering the risks posed to human and animal health, as well as to food sovereignty and nutritional security, the ACB supported by civil society from around the world, calls on the EC to separate the wheat from the chaff and set the approval aside. Furthermore, we urge the government to go against the grain of the past two decades and initiate a moratorium on all approvals – commodity clearance, importation and environmental releases – of genetically modified organisms.
Media inquiries
Please contact comms@acbio.org.za for more information or to arrange interviews.
The submission can be read here.
This submission is based on an ACB briefing paper, Unsafe GM wheat to enter South Africa’s food systems: disaster capitalism, biotech industry in decline & instrumentalisation of wheat in Africa, which can be found here.
The organisations who have endorsed the submission can be found here.
Trigo transgénico fuera de África
Gran apoyo al rechazo de la aprobación del trigo modificado genéticamente en Sudáfrica
De toda Sudáfrica, del resto del continente africano y del mundo, 84 organizaciones que representan a millones de pequeños agricultores, trabajadores y consumidores han apoyado y respaldado firmemente una presentación (solo en inglés) del Centro Africano para la Biodiversidad (ACB) a las autoridades de bioseguridad de Sudáfrica.
Esta presentación se basa en un documento informativo del ACB, Trigo transgénico fuera de África: Gran apoyo al rechazo de la aprobación del trigo modificado genéticamente en Sudáfrica, que puede consultarse aquí.
Esta presentación solicita al Consejo Ejecutivo – Ley OMG (CE) – que revise y anule su decisión de permitir la importación de la variedad de trigo transgénico HB4 a Sudáfrica y al resto del continente. La importación del trigo está prevista que proceda de Argentina, donde se cultiva comercialmente junto con el trigo convencional.
El ACB señala que el CE no tuvo en cuenta las pruebas científicas pertinentes relativas a las repercusiones negativas del trigo modificado genéticamente, teniendo en cuenta que el trigo es un alimento básico consumido diariamente por millones de personas. El ACB sostiene que el CE, al no aplicar correctamente sus criterios a la solicitud de importación de trigo modificado genéticamente, no cumplió con el principio de precaución de la Ley OMG y, como tal, su decisión adolece de vicios de procedimiento y, por lo tanto, debe ser revisada y anulada.
Este proyecto de trigo transgénico ha suscitado la enérgica desaprobación de 1400 científicos de la comunidad investigadora, que advierten de que la introducción de este cultivo prolongará un modelo agroindustrial que daña el medio ambiente y la biodiversidad, que incluye la fumigación generalizada de productos químicos tóxicos conocidos, al tiempo que pone en peligro la salud de las personas y repercute negativamente en la seguridad alimentaria.
Mariam Mayet, directora ejecutiva del ACB, comenta: “Estamos asombrados por la decisión de que no era necesario realizar estudios sobre alimentos completos y piensos. Esto sugiere que no se llevó a cabo ninguna evaluación científica rigurosa en relación con la seguridad y la eficacia del trigo modificado genéticamente. Para empeorar las cosas, el CE no solicitó una evaluación de riesgos independiente a pesar de que no existía ningún dato sobre la seguridad del trigo MG en cuestión, sobre todo porque no se habían realizado estudios de alimentación en ningún lugar del mundo.”
Esta decisión se produce tras la aprobación de Nigeria en julio. Mariann Bassey Orovwuje, subdirectora ejecutiva de Environmental Rights Action/Amigos de la Tierra Nigeria y coordinadora del Programa de Soberanía Alimentaria de Amigos de la Tierra África, señala:
“Si el CE sudafricana puede mostrar este nivel de laxitud y negativa a seguir los protocolos adecuados, en un asunto de tan grave importancia, ¿cómo esperan que su pueblo confíe en ellos a la hora de tomar otras decisiones que protejan sus alimentos, cultivos y ganado? Este flagrante desprecio de los intereses de los sudafricanos y de los africanos en general, y de nuestro derecho a ser consultados y respetados, me hace preguntarme si hemos entregado nuestra soberanía a los intereses corporativos. Incluso podría considerarse que las decisiones de nuestros gobiernos anulan gran parte de lo que pudimos conseguir durante las negociaciones del Protocolo de Cartagena del Convenio sobre la Diversidad Biológica, y en la batalla por la supervivencia del alma de nuestros alimentos, dietas y cultura. No obstante, seguimos impertérritos y pedimos a los gobiernos tanto de Sudáfrica como de Nigeria que anulen estas aprobaciones de trigo transgénico.”
Esta variedad de trigo transgénico es el producto de una asociación público-privada argentina de 20 años entre la Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología (CONICET) y Bioceres, que está persiguiendo aprobaciones entre las naciones importadoras de trigo para garantizar mercados antes de expandirse a la producción a gran escala. Argentina y Brasil han sido los dos únicos países que han aprobado el cultivo comercial de esta variedad, que también está siendo fuertemente contestada por la sociedad civil y las organizaciones de agricultores de esos países.
El trigo es el cultivo de cereales más importante de Sudáfrica después del maíz, y el país es tanto importador como exportador de trigo. Este trigo modificado genéticamente no solo podría contaminar el suministro de alimentos de Sudáfrica, sino que también plantea riesgos para los países de África a los que exportamos, entre los que se encuentran Botsuana, Zimbabue, Lesoto, Zambia y Namibia, por no hablar del derecho de elección de los consumidores. ¿Se etiquetarán como tales los productos que contengan trigo modificado genéticamente?
Teniendo en cuenta los riesgos que suponen para la salud humana y animal, así como para la soberanía alimentaria y la seguridad nutricional, el ACB, apoyado por la sociedad civil de todo el mundo, pide al CE que separe el grano de la paja y deje de lado la aprobación. Además, instamos al gobierno a ir en contra de la corriente de las últimas dos décadas e iniciar una moratoria sobre todas las aprobaciones – autorización de productos, importación y liberación en el medio ambiente – de organismos modificados genéticamente.
La propuesta puede leerse aquí. Esta presentación se basa en un documento informativo del ACB, Trigo transgénico fuera de África: Gran apoyo al rechazo de la aprobación del trigo modificado genéticamente en Sudáfrica, que puede consultarse aquí.
Trigo GM fora da África!
Apoio maciço à rejeição da aprovação do trigo transgênico na África do Sul
De toda a África do Sul, do resto do continente africano e do mundo, 84 organizações que representam milhões de pequenos agricultores, trabalhadores e consumidores apoiaram e endossaram com veemência uma apresentação (somente em inglês) do African Centre for Biodiversity (ACB) às autoridades de biossegurança da África do Sul.
Esta apresentação é baseada em um documento informativo da ACB, Trigo GM inseguro para entrar nos sistemas alimentares da África do Sul: capitalismo de desastre, indústria de biotecnologia em declínio e instrumentalização do trigo na África, que pode ser encontrado aqui. Esta apresentação solicita ao Conselho Executivo: A Comissão Européia (CE) pediu que a Lei de OGMs revisse e anulasse sua decisão de permitir a importação da variedade de trigo transgênico HB4 para a África do Sul e o resto do continente. A importação do trigo está prevista para vir da Argentina, onde ele está sendo cultivado comercialmente junto com o trigo convencional.
A ACB observa que a CE não considerou as evidências científicas relevantes sobre os impactos adversos causados pelo trigo transgênico, considerando que o trigo é um alimento básico consumido diariamente por milhões de pessoas. A ACB alega que a CE, ao não aplicar adequadamente suas mentes ao pedido de importação de trigo transgênico, não cumpriu o princípio de precaução da Lei de OGMs e, como tal, sua decisão é processualmente falha e, portanto, deve ser revisada e anulada.
Esse projeto de trigo transgênico provocou forte condenação por parte de 1.400 cientistas da comunidade de pesquisa, que alertam que a introdução dessa cultura prolongará um modelo de agronegócio que prejudica o meio ambiente e a biodiversidade, o que inclui a pulverização geral de produtos químicos tóxicos conhecidos, ao mesmo tempo em que coloca em risco a saúde das pessoas e causa impacto negativo na segurança alimentar.
Mariam Mayet, diretora executiva da ACB, comenta: “Estamos surpresos com a decisão de que não havia necessidade de realizar estudos sobre alimentos integrais e rações. Isso sugere que não foi realizada uma avaliação científica rigorosa em relação à segurança e à eficácia do trigo transgênico. Para piorar a situação, a CE não solicitou uma avaliação de risco independente, apesar de não haver nenhum dado sobre a segurança do trigo GM em questão, especialmente porque não foram realizados estudos de alimentação em nenhum lugar do mundo.”
Essa decisão foi tomada após a aprovação da Nigéria em julho. Mariann Bassey Orovwuje, vice-diretora executiva da Environmental Rights Action/Friends of the Earth Nigeria e coordenadora do Programa de Soberania Alimentar da Friends of the Earth Africa, comenta: “Se a CE sul-africana pode demonstrar esse nível de frouxidão e recusa em seguir os protocolos corretos em uma questão de tão grande importância, como eles esperam que seu povo confie neles para tomar outras decisões que protejam seus alimentos, plantações e rebanhos? Esse desrespeito evidente aos melhores interesses dos sul-africanos e dos africanos em geral, bem como ao nosso direito de sermos consultados e respeitados, me faz pensar se entregamos nossa soberania aos interesses corporativos. As decisões de nossos governos podem até ser vistas como a anulação de muito do que conseguimos alcançar durante as negociações do Protocolo de Cartagena da Convenção sobre Diversidade Biológica e na batalha pela sobrevivência da alma de nossos alimentos, dietas e cultura. No entanto, continuamos destemidos e conclamamos os governos da África do Sul e da Nigéria a revogar essas aprovações de trigo transgênico.”
Essa variedade de trigo transgênico é o produto de uma parceria público-privada argentina de 20 anos entre a Comissão Nacional de Ciência e Tecnologia (CONICET) e a Bioceres, que está buscando aprovações entre os países importadores de trigo para garantir mercados antes de expandir a produção em larga escala. A Argentina e o Brasil foram os dois únicos países a aprovar o cultivo comercial dessa variedade, que também está sendo fortemente contestada pela sociedade civil e pelas organizações de agricultores desses países.
O trigo é a cultura de grãos mais importante da África do Sul, depois do milho, e o país é importador e exportador de trigo. Esse trigo transgênico não apenas poderia contaminar o suprimento de alimentos da África do Sul, mas também representa riscos para os países africanos para os quais exportamos, como Botsuana, Zimbábue, Lesoto, Zâmbia e Namíbia, sem falar no direito de escolha do consumidor. Os produtos que contêm trigo transgênico serão rotulados como tal?
Considerando os riscos que representam para a saúde humana e animal, bem como para a soberania alimentar e a segurança nutricional, a ACB, apoiada pela sociedade civil de todo o mundo, pede que a CE separe o joio do trigo e deixe a aprovação de lado. Além disso, pedimos que o governo vá na contramão das últimas duas décadas e inicie uma moratória em todas as aprovações – liberação de commodities, importação e liberações ambientais – de organismos geneticamente modificados.
A apresentação pode ser lida aqui. Esta apresentação é baseada em um documento informativo da ACB, Trigo GM inseguro para entrar nos sistemas alimentares da África do Sul: capitalismo de desastre, indústria de biotecnologia em declínio e instrumentalização do trigo na África, que pode ser encontrado aqui.